Cada español genera 443 kilos de residuos al año. Se trata de un 9 por ciento menos que en Europa, pero con un 53 por ciento mayor de residuos en los vertederos respecto a Europa.
«La mayoría de estos residuos son generados en las etapas de distribución y consumo», apunta el informe El problema del desperdicio de comida. Un análisis crítico, de EAE Business School.
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Cada español genera 443 kilos de residuos
En España, solo se recuperan 60 kilos per cápita con la incineración con recuperación energética, mientras que la media europea es del 133, un 54 por ciento más.
«El problema del desperdicio de alimentos es relativamente fácil de abordar. Podemos optar por un consumo responsable y contribuir a la reducción de los Gases de Efecto Invernadero», explica el profesor de EAE Business School Emilio Sánchez.
Comercios tradicionales versus supermercados
Los comercios tradicionales generan hasta un 60% menos de residuos que los supermercados. Su tasa de desperdicio (cociente entre el total de alimentos desechados y el de comprados) es del 4,7%, una décima más que el año anterior.
Los productos más desechados fueron:
- Frutas (el 30,8 %)
- Verduras y hortalizas (13,5 %)
- Lácteos (12,6 %)
Hay dos tipos de alimentos que suelen terminar en la basura:
- Los que no cumplen con los estándares de venta (zanahoria deforme, manzana muy pequeña…)
- Productos enlatados, cereales, lácteos y perecederos que al alcanzar su fecha de caducidad deben ser desechados.
«En los países desarrollados, la mayor parte de la comida se pierde en la última fase de la cadena de suministro. Se ha identificado una interrelación supermercado-consumidor final».
«Un supermercado, con independencia de su tamaño, genera una gran cantidad de residuos, tanto por su tipo de actividad como por la variedad de inventario que mantienen, y la necesidad de evitar el coste de imagen que producen los productos agotados. En un día de trabajo se deben gestionar residuos orgánicos, plástico, cartones, vidrio, latas y bidones».
«Los supermercados tienen un gran impacto sobre los desechos de alimentos, debido a los cambios sobre lo que significan las fechas para la seguridad alimentaria, que hace que se deseche una gran cantidad de alimentos comestibles”, señala la co-autora del estudio, Elena Bulmer.
Economía circular
El estudio apunta alguna de las prácticas de economía circular, que permiten que los productos, materiales y recursos se mantengan el mayor tiempo posible, minimizando la generación de desperdicios.
Algunas de estas son las políticas comerciales de reducción de precios de los productos cercanos a su caducidad, las políticas solidarias de donación a organizaciones benéficas y de personal con donaciones a los propios empleados.
Asimismo, Bulmer indica que las políticas de etiquetado deberían revisarse para evitar confusiones y costes económicos adicionales.
«La concienciación para el consumo racional en los hogares es otro paso esencial para evitar el desecho de alimentos», agrega.
En el informe también se hace hincapié en el reciclado de los envases y en el aumento de la oferta de productos vendidos a granel.
Por último, una gestión adecuada de residuos orgánicos podría permitir recuperar el valor añadido de las cantidades restantes de desechos alimentarios.
Restauradores y desperdicios
Dado que los residuos orgánicos se generan en toda la cadena alimentaria, el informe también recoge en qué procesos se generan más residuos alimentarios en el sector de la restauración.
El 70 por ciento de los restauradores admitió que eran los clientes los que generaban más residuos.
A la misma pregunta, el 9 por ciento de los restaurantes entrevistados respondieron que la mayor parte de sus residuos se generaba en la comida no almacenada y no utilizada, seguido de un 4 por ciento que pensaban que se perdía en la preparación de la comida.
El 69 por ciento de los entrevistados afirmaron que sí procuraban aprovechar de alguna forma estas sobras alimentarias.
Algunas de las iniciativas mencionadas fueron:
- Permitir que los trabajadores se lleven a casa las sobras para comérselas
- Utilizar las sobras para el desayuno, comida o cena de los empleados
- Llevar las sobras de comida a una residencia de ancianos
- Preparar pequeños aperitivos/tapas para los clientes a la hora de pedirse una caña o vino
- Nuevas recetas con la comida sobrante, como podría ser el salmorejo con el pan del día anterior
Aprovechar la comida sobrante en restaurantes
Por su parte, el 66 por ciento de los clientes de los restaurantes afirman llevarse las sobras, una práctica de economía circular.
Un 87 por ciento de los encuestados afirmó que los desperdicios son «un problema real».
El 81 por ciento de los ciudadanos creen que los restaurantes y supermercados deberían dar productos no vendidos a asociaciones.
Un 67 por ciento cree que debe haber una mejor gestión de la existencia de productos. Un 66 por ciento vender o utilizar productos desechables.
Un 58 por ciento cree que se debería educar a los consumidores sobre los residuos y un 53 por ciento cree que debería transformarse los productos no vendidos en jugos, mermeladas y sopas.