La tragedia de la COVID-19 ha producido un desplome de la economía española induciendo entre los numerosos efectos el de una reducción del uso de combustibles fósiles en la industria y en el transporte.
La paralización de la economía ha implicado desde el punto de vista medioambiental la caída a niveles históricos de contaminantes como NOx, partículas y SO2 que repercuten en la química del ozono.
El Observatorio Sostenibilidad (OS) destaca que el período de confinamiento ha sido un “gran experimento de campo” ya que “es una oportunidad histórica para poder estudiar en detalle el impacto que han tenido las medidas de confinamiento por la pandemia en la contaminación de nuestras ciudades de una escala histórica desconocida a nivel mundial”.
Mejora de la calidad del aire
La profesora Dra. María Teresa Baeza Romero, de la Escuela de Ingeniería Industrial y Aeroespacial de Toledo de la Universidad de Castilla-La Mancha destaca el «descenso en las concentraciones de NO2 durante el confinamiento especialmente en las ciudades más pobladas. No se observa un efecto tan claro en la concentración de partículas. Así, no se observa una tendencia estadísticamente significativa en la concentración de PM2.5 dada la gran variabilidad de los datos. Sí que se observan bajadas en PM10 en algunas ciudades, pero no en aquellas ciudades con mayores descensos de NO2».
«18,6 millones de habitantes han mejorado su calidad del aire respirando un 50% menos de NO2 especialmente en las ciudades más grandes»
Por su parte, Carlos Alfonso señala: «18,6 millones de habitantes han mejorado su calidad del aire respirando un 50% menos de NO2 especialmente en las ciudades más grandes».
Y, finalmente, Fernando Prieto recomienda: «Los resultados de este experimento pueden servir para hacer una proyección de lo que sucedería bajo escenarios extremos de políticas de control de la calidad del aire muy estrictas en relación con la supresión del tráfico, pero también para verificar otros elementos coadyuvantes como la producción de energía, industrias, gestión de residuos, etc.»
Fuentes de información
El informe analiza tres tipos de fuentes de información:
- Índices de Calidad del Aire (ICA) relativos a las mayores cinco ciudades del país con datos suficientes (Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Bilbao).
- Datos recopilados por la Agencia Europea de Medio Ambiente relativos a 74 ciudades que suponen unos 18,3millones de personas, casi el 40% de la población del país.
- Datos de toda la población española sometida a diferentes niveles de contaminación estimados por los modelos del Barcelona SuperComputingCenter.
Nueva normalidad #postcovid19
Las principales recomendaciones se centran en que la nueva normalidad #postcovid19 debe implicar una buena calidad del aire para todos:
- Cualquier medida que implique una disminución de emisiones a largo plazo es positiva y repercutirá en una mejora de la calidad del aire y directamente en la salud de las personas.
La calidad del aire en las ciudades, que afecta gravemente a nuestra salud, es un reto sanitario que hay que enfrentar sin más dilación
- Respecto al contaminante NO2, se observa que la disminución del tráfico en una escala sin precedentes de paralización de la movilidad. Es evidente la necesidad de establecer desde zonas peatonales, uso de bicicleta, motos y coches eléctricos, transporte público no contaminante, más baratos y de mayor frecuencia, flotas de bajas emisiones, medidas desincentivadoras del coche privado, etc., etc. Las recomendaciones respecto a las partículas son menos obvias ya que, con los datos empleados, no se observan patrones claros de mejora durante el periodo de confinamiento.
- La sociedad española ha sido capaz de reaccionar de una forma admirable ante el reto sanitario puntual provocado por el COVID19. Ahora resta saber si, seremos capaces de concienciarnos de los efectos en nuestra salud de la calidad del aire y de afrontar también la otra crisis ambiental que nos acucia, el cambio climático.