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¿Dejarías a tu coche conducir por ti?

El sistema de conducción autónoma es una realidad con muchos interrogantes

Durante los últimos años, una de las novedades a las que asistimos en el mundo del motor es al desarrollo y evolución de los llamados vehículos autónomos.

Las grandes compañías tecnológicas desarrolladoras muestran prototipos casi de ciencia ficción con los que se trata de ensalzar las ventajas y beneficios que nos aportarán estos vehículos con respecto a la conducción tradicional.

Las grandes compañías muestran prototipos de ciencia ficción con los que ensalzan las ventajas y beneficios que nos aportarán estos vehículos

Y, por supuesto, las mejoras e innovaciones para introducir en el mercado un producto completo, viable desde el punto de vista de la seguridad, manejo o pilotaje, confortabilidad y comodidad, ahorro energético y sostenibilidad. 

Actualmente, sin haber llegado a los niveles de máxima autonomía en la conducción, las diferentes marcas comerciales del sector nos van ofreciendo un abanico amplio de posibilidades.

Así, van desde las aportaciones de la tecnología más puntera de los vehículos Tesla, hasta otras más modestas que incluyen tímidos y sencillos niveles de autonomía, como pueden ser la funcionalidad ya conocida de aparcamiento autónomo, la «velocidad de crucero» u otras contribuciones de los fabricantes.

Como digo, sin llegar a ser las de Tesla, están al alcance de cualquier ciudadano.

Sin llegar a los niveles de máxima autonomía en la conducción, las marcas comerciales del sector nos ofrecen un abanico amplio de posibilidades.

Niveles de conducción autónoma

En este sentido, la circulación autónoma ha sido abordada, definida y categorizada en distintos niveles de conducción como los establecidos por:

Sin embargo, ha sido esta última, SAE, la institución que ha conseguido internacionalizar y estandarizar su propuesta. 

¿Quién detecta y responde ante los imprevistos o accidentes, el humano o la máquina?

De acuerdo con SAE, se categoriza a los vehículos en seis niveles, dependiendo de su autonomía, en base a cuatro categorías:

  • ¿Quién detecta y responde ante los imprevistos o accidentes, el humano o la máquina?
  • ¿Quién dirige o controla el movimiento del vehículo?
  • ¿Quién actúa si falla algún mecanismo?
  • Y, finalmente, si los sistemas de automatización funcionan siempre o están limitados a condicionantes externos como pueden ser la climatología, la velocidad, las condiciones de tráfico o el tipo de carretera, entre otros.
Está llegando el momento de responder a la pregunta de si estamos preparados para que nuestro coche conduzca por nosotros.

Sin automatización – Nivel 0

No existen atisbos de autonomía en la conducción

En el primer nivel que establece SAE, el nivel 0, sin automatización, no existen atisbos de autonomía en la conducción, por lo que estaríamos hablando de una conducción tradicional, realizada por un humano.

Asistencia a la conducción – Nivel 1

El vehículo posee algún sistema independiente

El nivel 1, asistencia a la conducción, establece que, aunque es el humano, el que desempeña todas las funciones de la conducción, el vehículo posee algún sistema independiente como movimientos longitudinales o movimientos laterales, pero no ambos.

Los sistemas de conducción autónoma están restringidos a su dominio de diseño operacional y, si se sale de ese ámbito, el usuario tiene que intervenir.

Conducción autónoma parcial – Nivel 2

El conductor tiene que supervisar la conducción autónoma y detectar y reaccionar ante posibles eventos

Por su parte, en el nivel 2, conducción autónoma parcial, se enmarcan vehículos que realizan tanto los movimientos laterales como los longitudinales.

El conductor tiene que supervisar la conducción autónoma y completar la tarea de detectar y reaccionar ante eventos y/u objetos en la carretera.

Conducción autónoma condicional – Nivel 3

En el nivel 3, conducción autónoma condicional, la autonomía del vehículo aumenta considerablemente ya que además de realizar los movimientos laterales y longitudinales, también se encarga de detectar y reaccionar ante obstáculos, cambiar de carril, frenar, etc.

El humano tiene que supervisar la conducción ya que se le puede requerir ante un fallo en el sistema autónomo (sistema Fallback)

En este nivel, el humano tiene que supervisar la conducción ya que se le puede requerir en cualquier momento ante un fallo en el sistema de conducción autónoma o cuando el propio sistema requiera al conductor para tomar una decisión, lo que se conoce como el sistema de respaldo (Fallback).

Nivel máximo de conducción autónoma: no hay restricciones geográficas, climatológicas, de tráfico, para que el sistema no pueda operar el vehículo.

Conducción autónoma elevada – Nivel 4

El nivel 4, conducción autónoma elevada, no requiere del conductor (humano) que intervenga y, por tanto, no necesita supervisar el sistema de conducción autónoma.

Tanto las tareas dinámicas de la conducción normal, así como el sistema de respaldo corresponde al sistema de conducción autónoma

Tanto las tareas dinámicas de la conducción normal, así como el sistema de respaldo corresponde al sistema de conducción autónoma. En este nivel no se espera que el usuario intervenga salvo que así lo quiera.

Es importante remarcar que, en todo momento, los sistemas de conducción autónoma están restringidos a su dominio de diseño operacional y, si se sale de ese ámbito, el usuario tiene que intervenir.

Conducción autónoma completa – nivel 5

No hay restricciones geográficas, climatológicas, de tráfico para que el sistema de conducción autónoma no pueda operar el vehículo

Finalmente, en el nivel 5, conducción autónoma completa, el sistema es capaz de realizar todas las tareas dinámicas, así como las de respaldo, lo que implica que puede operar el vehículo en cualquier condición viable manejable por el conductor dentro de la región en la que se encuentre.

Dicho en otras palabras, no hay restricciones geográficas, climatológicas, de tráfico, u otros condicionantes para que el sistema de conducción autónoma no pueda operar el vehículo.

Qué dice la normativa en España

La legislación en España va varios pasos por detrás.

En el artículo 17 del Real Decreto 1428/2003, de 21 de noviembre, «por el que se aprueba el Reglamento General de Circulación para la aplicación y desarrollo del texto articulado de la Ley sobre tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad vial, aprobado por el Real Decreto Legislativo 339/1990, de 2 de marzo» establece que los conductores deberán estar en todo momento en condiciones de controlar sus vehículos o animales.

Solo los coches autónomos de hasta Nivel 3, en los que el conductor es el respaldo del sistema autónomo de conducción, estarían autorizados a circular por las carreteras españolas

El Artículo 18 de ese mismo Real Decreto se añade que «el conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía».

Con todo, interpretando la legislación actual, únicamente los coches autónomos de hasta Nivel 3, en los que el conductor es el respaldo del sistema autónomo de conducción, estarían autorizados a circular por las carreteras españolas.

En cualquier caso, dada la celeridad de los avances tecnológicos en este ámbito, algunos organismos ya han dado pasos hacia delante.

En este sentido, en noviembre del año 2015 la Dirección General de Tráfico (DGT) publicó una instrucción mediante la cual se regulan las concesiones de las autorizaciones especiales para la realización de pruebas y ensayos con vehículos autónomos en vías públicas.

Alejandro estudió Ingeniería Técnica de Telecomunicaciones en la Universidad Carlos III de Madrid y ha desarrollado su carrera profesional en el ámbito de la consultoría y en el sector financiero. Desde el año 2016 trabaja en BBVA Next Technologies y es un apasionado de la ciencia y la tecnología.

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