La patología muscular en pacientes con síndrome de Cushing en remisión es un hallazgo frecuente. Esta es una de las conclusiones del estudio Thigh muscle fat infiltration is associated with impaired physical performance despite remission in Cushing’s síndrome.
El trabajo está liderado por la doctora Elena Valassi, especialista en patología hipofisaria y suprarrenal del servicio de Endocrinología del Hospital Universitari General de Catalunya, e investigadora CIBERER en Enfermedades de hipófisis del Hospital Sant Pau.
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Patología muscular en pacientes con síndrome de Cushing
El estudio describe uno de los mecanismos potenciales de la debilidad muscular en pacientes con síndrome de Cushing en remisión.
En las conclusiones destaca la importancia de diagnosticar de forma temprana la patología muscular, con el objetivo de desarrollar un programa específico de rehabilitación que mejore la funcionalidad y, consecuentemente, la calidad de vida de las personas afectadas.
La investigación se ha realizado en el Hospital Sant Pau, con la colaboración de diversos servicios: Neurología, Rehabilitación y Radiología.
Recibió el premio a la mejor comunicación oral en el congreso español de Endocrinología y Nutrición. Se publicó en la revista oficial de la Sociedad Norteamericana de Endocrinología Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism.
Secuencia Dixon de resonancia magnética
Los investigadores demostraron que mujeres con síndrome de Cushing, en remisión desde un promedio de trece años, presentaron una importante infiltración grasa en los muslos, en comparación con individuos sanos.
Este hallazgo fue posible gracias a la utilización de la novedosa secuencia Dixon de resonancia magnética, que permite valorar la cantidad de grasa que se ha acumulado en el músculo.
El aumento de la grasa intramuscular se asoció, en las pacientes, con una significativa reducción del rendimiento en muchas pruebas que evalúan la capacidad funcional individual, la estabilidad, el equilibrio y la fuerza.
La relación entre la grasa intramuscular y el deterioro de la función muscular fue independiente de factores conocidos por alterar el rendimiento, como la edad, la menopausia y, sobre todo, la masa muscular.
Este importante hallazgo demuestra que la función física puede ser alterada en presencia de una masa muscular normal, siendo el deterioro de la «calidad» del músculo, su composición, el determinante más importante del déficit de fuerza descrito en los pacientes con síndrome de Cushing, al igual que en las distrofias musculares y en el envejecimiento.
Síndrome de Cushing
El síndrome de Cushing es una enfermedad que se produce como consecuencia de un aumento mantenido de la secreción de cortisol por las glándulas suprarrenales.
Las causas más frecuentes son un tumor benigno hipofisario que produce ACTH o un tumor (benigno en la mayoría de los casos) en una glándula suprarrenal que produce un exceso de cortisol.
El síndrome de Cushing se asocia con un riesgo elevado de padecer numerosos trastornos:
- obesidad
- diabetes tipo 2
- hipertensión
- aumento de colesterol y triglicéridos
- alteraciones del estado de ánimo y de la función cognitiva
- osteoporosis y debilidad muscular
Esta última es una de las condiciones más frecuentes, ya que se ha descrito en más del 70% de los pacientes expuestos a niveles elevados de cortisol en la fase activa de la enfermedad.
Debilidad muscular persistente
Varios estudios publicados en los últimos años han demostrado que algunas alteraciones que se manifiestan en los pacientes con síndrome de Cushing no desaparecen completamente después del tratamiento exitoso de la enfermedad, una vez que se ha logrado la normalización de los niveles de cortisol en la sangre (fase de «remisión»).
En particular, muchos pacientes con síndrome de Cushing en remisión se quejan de debilidad muscular persistente. Esto conlleva importantes limitaciones de la actividad diaria y un deterioro significativo de la calidad de vida, incluso muchos años después de la «curación» hormonal.
Las causas subyacentes de esta afectación perdurable de la salud muscular aún están por determinar.
El aumento de la cantidad de grasa intramuscular en estos pacientes, a pesar de la normalización de las concentraciones de hormonas, podría ser debido a la exposición previa a niveles elevados de cortisol.
Esta hormona es un importante regulador de la distribución del tejido adiposo y de la relación entre los varios depósitos de grasa que se encuentran en nuestro cuerpo.