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¿Por qué se rompe tanto el ligamento cruzado anterior?
‘Anualmente, se producen en España 15.000 lesiones del LCA’.
Doctor Gonzalo Samitier Solís, Cirujano Ortopédico especialista
en lesiones de Rodilla, Hombro y ‘Lesiones Deportivas’,
Centro Médico Quirónsalud Aribau
¿Por qué se rompe tanto el ligamento cruzado anterior? Abordamos este asunto con un dato significativo: anualmente, se producen en España 15.000 lesiones del LCA o ligamento cruzado anterior.
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¿Por qué se rompe tanto el ligamento cruzado anterior?
Con cierta frecuencia, vemos a futbolistas que sufren esta lesión, por la que pierden toda la temporada.
También es frecuente en deportes como el esquí, el baloncesto, el bádminton, la gimnasia artística, las artes marciales, etc.
Y en cualquier deporte en el que se puedan producir situaciones en las que la rodilla se ve expuesta a una situación puntual de estrés.
El Dr. Gonzalo Samitier Solís, Cirujano Ortopédico especialista en lesiones de Rodilla, Hombro y ‘Lesiones Deportivas’ del Centro Médico Quironsalud Aribau te explica todo lo que debes saber acerca de la rotura del ligamento cruzado anterior.
Pacientes jóvenes y deportistas
Los jóvenes y deportistas son los más susceptibles de sufrir esta lesión, fundamentalmente por el importante número de horas de actividad de riesgo que realizan. Pero cualquier deportista está expuesto, independientemente de la edad.
«La rotura del LCA produce inestabilidad de rodilla que incapacita para la práctica de deportes de pivotaje y salto. La cirugía del LCA corrige esta situación, y por esto es una de las más frecuentes en deportistas», explica el Doctor Samitier.
Así nos explica el especialista qué es el ligamento cruzado anterior
Desde el punto de vista anatómico, el ligamento cruzado anterior es una estructura estabilizadora de la rodilla que se tensa hasta el punto de su rotura en situaciones extremas de frenada, de arrancada o cuando realizamos movimientos mal controlados de pivotaje o de recepción de un salto.
Lamentablemente, una vez roto, este ligamento no suele cicatrizar, se cree por su situación intraarticular y la presencia de liquido sinovial.
Chasquido e inflamación de la rodilla
Cuando la lesión se produce suele escucharse un chasquido e inmediatamente el deportista percibe un movimiento de vaivén de la rodilla siendo poco probable que pueda continuar.
Suele haber una gran inflamación de la rodilla en las primeras horas, secundaria al sangrado de los vasos que nutren el ligamento y la rodilla queda dolorida por el impacto interno.
Diagnóstico mediante Resonancia Nuclear Magnética
El diagnóstico de imagen se hace por Resonancia Nuclear Magnética (RNM); el informe radiológico en ocasiones puede hablar de lesión parcial del ligamento y esto genera dudas; en realidad lo importante no es tanto la imagen de RNM, sino si la rodilla queda inestable.
Una exploración física positiva para la rotura y la presencia de fallos con los movimientos de pivotaje son determinantes para considerar una rodilla como inestable y por tanto susceptible de reconstrucción quirúrgica del LCA.
Es particularmente importante explicar al deportista que realizar actividades de carrera o salto sin este ligamento aumenta la posibilidad de lesionar secundariamente meniscos y cartílagos de la rodilla.
Estas lesiones secundarias condicionan el futuro de la rodilla, más que la propia lesión del LCA.
¿Cuándo convivir con la lesión?
Hay un grupo de pacientes, aquellos de mediana edad, sedentarios, que pueden convivir con la lesión del LCA sin demasiados problemas simplemente con rehabilitación muscular.
Para este grupo de pacientes la cirugía estaría indicada solo en caso de observar un deterioro rápido de la rodilla o cuando el paciente experimenta situaciones de inestabilidad con actividades cotidianas.
«Si somos asiduos a los deportes de pivotaje y salto, podemos reducir el riesgo de rotura del LCA. Para ello, es clave estar en una gran condición física y dedicar parte de la preparación a la prevención», explica el Doctor Samitier.
La importancia de la prevención
Existen programas de prevención de la lesión del ligamento cruzado anterior que reducen el riesgo hasta en un 60%.
Las mujeres están particularmente expuestas y se lesionan proporcionalmente hasta 5-6 veces más que los varones por causas multifactoriales.
Estos programas se basan en la realización de una serie de ejercicios que simulan situaciones imprevistas de recepción de un salto o de pivotaje y cambios de dirección.
Así, durante la competición, el deportista implementa estos mecanismos de protección de forma inconsciente y automática.
Intervención quirúrgica del ligamento cruzado anterior
La intervención quirúrgica del ligamento cruzado anterior se centra en la reconstrucción (crear algo nuevo), más que en la reparación.
El tercio central del tendón rotuliano es universalmente aceptado como la mejor opción en deportistas de alta demanda, profesionales o con alto riesgo de re-rotura. Estos grupos de alto riesgo son los menores de 20 años, mujeres, pacientes con hiperlaxitud y las reintervenciones.
Pata de ganso
Otra opción muy extendida es la del uso de los tendones isquiotibiales conocidos como «pata de ganso» por su forma extendida de inserción en la tibia.
Por último, tenemos la opción del uso de aloinjertos de donante que son provistos por Bancos de tejidos a partir de personas que han fallecido.
Estos tejidos se extraen y congelan a -80º y se pueden conservar varios años. Se ha comprobado que, aunque son una buena alternativa, su resistencia es algo inferior a la del tejido fresco del propio paciente.
Se reserva su uso en pacientes con menor demanda, situación de reintervenciones, o en reconstrucciones Multi-ligamentosas.
«La rotura del LCA, es una lesión grave para la rodilla, pero en manos especializadas la gran mayoría de los deportistas son capaces de retornar a la competición», explica el Doctor Samitier.
Rehabilitación progresiva y uso de rodilleras estabilizadoras
La rehabilitación del ligamento cruzado anterior ha de ser progresiva. Las rodilleras estabilizadoras se usan para proteger la reparación de lesiones meniscales.
Hacia las 6 semanas, la mayoría de los pacientes son capaces de deambular sin muletas y tienen autonomía para realizar actividades cotidianas.
El retorno al deporte es muy progresivo. La carrera se suele permitir hacia los 3 meses y medio y la competición no antes de 6 meses.
¡Cuidado con adelantar la vuelta a la actividad deportiva!
Este paradigma ha ido cambiando y cada vez se tiende a recomendar el retorno a la competición más tarde, a partir de los 9 meses, sobre todo en los más jóvenes.
Estudios han mostrado que casi 1/3 de los deportistas
Este número se reduce si se reincorporan con posterioridad al año de la intervención, se cree porque hay una mejor integración y maduración del injerto y por la mejor condición física del joven deportista.