Conocí a Juan López Rico en el año 2006, cuando asumí la delegación de Galicia de la Agencia EFE, que él había dirigido algunos años atrás. No solo encontré en él a un gran periodista y compañero, también a una persona de extraordinaria calidad humana.
Cuando supe de su faceta de dibujante, le propuse que realizara viñetas de contenido ambiental con el fin de publicarlas en Infoecología, un proyecto altruista online de información sobre ecología y medio ambiente que yo desarrollaba por entonces junto con Cristina Benito, la editora de este libro, y otros colegas periodistas.
Viñetas de actualidad ambiental
Años más tarde, cuando se creó EFEverde, la plataforma de periodismo ambiental de la Agencia EFE, Juan siguió contribuyendo generosamente con sus dibujos tanto en su espacio «¡Viva la bagatela!» como en otros proyectos coordinados por EFEverde, como la Guía verde: Oro a la sostenibilidad, en favor de un olimpismo sostenible, o la Guía para periodistas sobre cambio climátco y negociación internacional.
Aunque sus viñetas hasta entonces solían tratar cuestiones políticas y sociales, no le fue difícil abordar ninguno de los aspectos acuciantes de la actualidad ambiental: cambio climático, sequía, pérdida de biodiversidad, contaminación, energías sucias, catástrofes ambientales, gestión inadecuada de los recursos…
Con inteligencia y mordacidad sabe aplicar su mirada certera para empujarnos a reflexionar acerca de lo irracional de nuestras acciones sobre el entorno
Con inteligencia y mordacidad sabe aplicar su mirada certera para invitarnos —o, más bien, para empujarnos— a reflexionar acerca de lo irracional de nuestras acciones sobre el entorno, de las cuales somos, junto con el resto de especies del planeta, también víctimas.
No por sencillo es menos potente su dibujo. Mediante unos simples trazos de líneas suaves y limpias, nos introduce sin necesidad de atrezo en el escenario que desea y, con apenas unas líneas de texto, descarga su mazazo sobre nuestras desprevenidas conciencias.
«Houston, tenéis un problema»
A veces, logra incluso arrancarnos una sonrisa, pese al regusto amargo que nos dejan algunas de sus viñetas, por lo injusto o por lo insensato de las situaciones que plantea.
A veces, logra incluso arrancarnos una sonrisa, pese al regusto amargo que nos dejan algunas de sus viñetas
Déjense acompañar en las páginas siguientes por sus personajes habituales: señoras y señores ociosos y adinerados, empresarios sin escrúpulos, tiburones de las finanzas, políticos falaces, náufragos con conciencia ecológica, tertulianos de bar…, y escuchen atentamente sus conversaciones: dan que pensar.
Algunas viñetas no poseen un contenido estrictamente ambiental, como las de juegos de palabras (pezverso, perreza…) u otras en las que los animales no humanos nos reconvienen a los que nos autodenominamos «racionales», pero nos han parecido merecedoras de aparecer en esta antología por su simpatía o agudeza.
Espero que disfrutéis de «Houston, tenéis un problema» tanto como lo he hecho yo.
